20 de julio de 2010

las personas del camino - Gilles

Durante este viaje estoy teniendo ocasión de ver lo peor y lo mejor de las personas.
Lo peor, desgraciadamente, pude apreciarlo a las afueras de París, con el policía que me detuvo. Ya lo contaré cuando lo tenga superado... Y en las cosas que ví en el Bois de Boulonge de noche, también en París.
Pero lo mejor he podido verlo esta tarde... Iba rodando a medio gas por las afueras de París, muy contento por haber visto a mi hermanica (siempre tan alegre), y por ir rumbo al Mont Saint Michel... Se me borró de repente la sonrisa de la cara cuando, sin previo aviso, la moto se paró... Tras unos primeros momentos de pánico (me temía lo peor), descubrí el fallo de forma casual. Había comprobado el aceite, el líquido refrigerante, el sistema eléctrico... entonces golpeé con los nudillos los relojes, no porque pensase que solucionaría nada, sino como acto reflejo (siempre lo hacen en las películas...), y se encendió la luz de reserva de gasolina... miré dentro del tanque y comprendí lo que había pasado. La moto me había jugado una mala pasada, y no es que me queje porque se está portado de maravilla..., pero por un mal contacto no se encendió la luz de reserva (no tiene aguja), y se quedó seca.
Así que alli estaba yo, en mitad de ninguna parte, empujando la moto hacia no sabia donde...
Tras algo menos de un kilómetro, pasando los coches a mi lado sin pararse a ayudarme, llegué a una pequeña urbanización. En la puerta de una casa ví a una mujer con una niñita preciosa, y le pregunté por una gasolinera. Me dijo que unos 3 o 4 kilómetros más adelante... pero cuando me vió en aquella situación (muerto de cansancio, sudando y un poco desesperado), llamó a su marido. Salió de la casa el marido, y cuando se enteró de la situación, entró y volvió a salir con un bidón vacío y las llaves de su coche, dispuesto a llevarme a la gasolinera sin haberle pedido ayuda.
Conversando por el camino descubro que trabaja en una ONG de ayuda a los niños (cosa que no me sorprende, viendo su calidad humana), y que es un amante de los coches clásicos... casualidades de la vida, acababa de estar en la carrera de clásicos de Le Mans, aquella a cuyos participantes acoge el Château Chanteloup...
Pero ahí no se acabaron las sorpresas, tras repostar la gasolina en mi moto me invita a pasar a su garaje donde guarda un... LOTUS SEVEN original!! Increible, restaurado y ensamblado por él mismo.
En definitiva, lo que empezó siendo un gran problema, acabó siendo una de las buenas experiencias de este viaje gracias a Gilles, a quien mando un fuerte abrazo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Joaquin, estamos muy contentos de saber que tu estas bien en el Mont Saint Michel!
Buen viaje en Europa y no olvidate la gasolina!
La proxima vez, te daramos tambien una cerveza!
Buena suerte por las encontradas.
Gilles y su mujer Maryline que habla un poquito español!
y la niñita se llama Maé

Anónimo dijo...

que te hicieron los policias!!??...que aqui somos muy mal pensaos..ejem.bueno un besazo y se te echa de menos.
isabella

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