22 de julio de 2010

mal perder

Esta tarde me ha pasado algo, cuando menos, muy curioso. Paseaba tranquilo por uno de los primeros pueblecitos que he atravesado en Holanda.
Dado que la bandera de España que ondeaba en la maleta izquierda me la arrancó algún desaprensivo estando la moto aparcada en París, para rodar por tierras de la tres veces CASI campeona del mundo, Holanda, lucía orgulloso sobre el baúl trasero una camiseta de temática futbolística, que compramos Isaac, María y yo, en el centro de Madrid, en la víspera de la final.
Pues bien, en éstas estaba, circulando despacito, cuando se me acerca un chaval en bici por la derecha... se pone a insultarme e intenta arrancar mi estandarte de un tirón... como no lo consigue, me pega un puñetazo que me da en la mochila, y una patada en la maleta izquierda... tan fuerte que aunque yo no me moví un milímetro, su bici (versión económica de una Harley) anduvo tambaleándose un rato como si estuviera hecha de bambú. Tras unos segundos de incredulidad, decido inmortalizar el momento con una foto en la que lo retrato, en mi opinión, bastante favorecido. No debió pensar lo mismo cuando, sin parar de gritarme, volvió a la carga, esta vez abriéndose primero a la derecha para dar mayor impulso a su patada. Con ánimo de ayudarle en su segundo intento de caerse de la bici, aguanté en mi posición hasta el último instante, en el que me desplacé bruscamente a la izquierda. El movimiento provocado por la embestida en el aire fué demasiado para la miniharley, que dijo basta, escupiendo al chaval al suelo.
Todo quedó en un rasponazo que le escocerá, por lo menos, tanto como la derrota.
Finalmente, para evitar herir la sensibilidad de los lugareños, decidí guardar la camiseta. Ya la colgaré de nuevo cuando cruce Alemania...

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