23 de julio de 2010

un lugar fantasma

Estoy metido en la tienda, un poco acojonado, en un lugar inquietante, entre bosques, a 150 Km de Lubek (Alemania), donde me montaré en el ferry para Copenague.
El caso es que se me venía la noche encima, circulando por una carreterita perdida. Como no pasaba por ningún pueblo, y no me daba tiempo a llegar a mi destino, estaba mirando entre los bosques buscando un lugar tranquilo donde acampar, pues llevaba comida y agua.
Entonces ví entre árboles un pequeño claro, algo retirado de la carretera, con cabañas de madera y algunas caravanas. Confundiéndolo con un camping, me desvío por una pista de tierra y me adentro, más de lo que parecía al principio, en medio del bosque. Llego al claro y descubro asombrado una miniciudad al estilo del "Sow de Truman", carriles de cesped superperfecto, y setos impecables que forman parcelas donde se alinean cabañitas de madera adosadas a caravanas. Todo muy ordenadito y muy cuidado, pero... no hay nadie.
Aún hay luz, y tras una primera vuelta de reconocimiento en la moto, decido aparcar y echar un vistazo. Sin salir de mi asombro recorro todo el recinto y veo todas las cabañas equipadas, los jardines con mesas, sillas y otras cosas, colocadas como si las hubieran estado usando hasta hace un momento... pero ni un alma!
Como encuentro una parcela libre, decido no pensar en tonterías y monto la tienda. Además he visto una cabaña de madera que parece común, con servicio y ducha. Así pues, una vez montada la tieda y cenado, atravieso de nuevo el pasillo central de cesped y llego a la cabaña con ducha... pero ahora está cerrada con llave! Ahí empiezo a inquietarme, pues sigo sin ver a nadie. Las cortinas de las cabañas están descorridas y veo por las ventanas los interiores, totalmente equipados, pero vacíos.
Decido envalentonarme y me labo en una manguera que encuentro fuera de la cabaña (que frío!), y me voy tranquilo a mi tienda. Como ya ha oscurecido, se han encendido (automáticamente supongo) lucecitas tipo navidad en los jardines de algunas cabañas. Incluso, al dar una hora en punto, uno de los jardines me sobresalta con una musiquita tipo reloj de cuco...
Acelero el paso y vuelvo a mi tienda, donde estoy completamente solo en este lugar, escuchando los ruidos del agua sobre las hojas y la lona (llueve otra vez), y esperando que se haga de día para salir de aquí...

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