Tras un par de días de descanso, después de nuestra aventura en Suecia, tocó despedirse y continuar mi camino en solitario.
El último día en Copenague lo pasé genial. Por la mañana fuí con Vicky a ver un castillo en un pueblecito cerca de Copenague. No me gustó mucho, la verdad (muy frío), pero el camino fué precioso, y además tuve una alumna de moto muy buena (conmigo supervisando sentado detrás). Fué muy divertido, pues tras recorrer su primer trayecto conduciendo una moto, se puso como loca de contenta.
Por la noche cenamos con Karen y Hassan en casa de éste, una barbacoa en el jardín. Nos reímos muchísimo...
Más tarde Ian y yo nos pusimos melancólicos, pero Vicky no nos dejó montar la tienda en el salón y dormir juntos... en fin, tendremos que esperar a la próxima aventura.
Por cierto, que aprovecho la ocasion para saludar a un nuevo seguidor "oficial" del blog, mi primo Rafa, a Mónica y María, ex-compis de Acciona, y a mi amigo Néstor... no puedo contestar a vuestros comentarios, pero os envío un beso gordo!
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