6 de agosto de 2010

la Poderosa


En un comentario a una entrada anterior, David apodaba a mi moto "la Poderosa", en recuerdo a la que es, probablemente, mi película preferida: "Diarios de una Motocicleta".
Pues bien, esperemos que no acabe como la Norton 500 de la peli, pero lo cierto es que ha estado a punto...
Mi BMW acaba de cumplir 78.000 km, pocos de los cuales han sido lo que se dice "fáciles". Además, y creo que lo peor, está el hecho de que antes de emprender el viaje llevaba un año casi parada, desde un accidente por el que estuve a punto de colgar las botas. No es que trate de justificar los problemas que está dando, y que ahora detallaré (pues algunos no tienen justificación, menuda fiabilidad alemana...). Pero la verdad es que, a pesar de todo, sigue siendo tan poderosa como siempre.
Paso pues a detallar las averías.
En primer lugar he perdido un muelle de la pata de cabra, el que hace que se mantenga desplegada, por lo que tengo que tener cuidado al estacionarla (cuando lo descubrí casi vuelco, delante de unas chicas que se partieron de risa...). He perdido un tornillo (bueno, yo más de uno) del caballete central, por lo que aparcarla vertical no es ahora muy seguro, pues tiene holgura y se tambalea. Éstos no son fallos de la moto, creo que he perdido estas piezas rodando campo a través.
Por otro lado, se ha fundido la mitad de la iluminación del cuadro, lo cual no tiene gran importancia, pero sí que lo hiciera también el testigo de la reserva de gasolina (ya he cambiado la bombilla)...
Por orden de importancia le sigue que se ha quemado la centralita del ABS, y éste se ha desconectado. No es que me importe mucho, pues la moto frena de maravilla sin él, y yo casi prefiero frenar "a pelo", sin ayuda electrónica. El problema es que también ha dejado de funcionar el velocímetro, porque va conectado a la puñetera centralita (o quizá por solidaridad con el ABS...). Aún me queda el velocímetro del ordenador de abordo que le instalé (que es de bici, pero va genial), y el del GPS, pero está muy feo cuando miras al cuadro y siempre marca 0 km/h...
Pero lo más grave, y que casi termina con el viaje, es una fuga en el circuito de refrigeracion... La descubrimos después de desmontar media moto (pues se calentaba muchísimo), y comprobar que el depósito de líquido refrigerante estaba vacío (no es accesible desde fuera, joder...), y observando unas pequeñas gotas que caían sobre el colector del escape (evaporándose al instante), procedentes de la tapa de la bomba. Si yo llegamos a parar, descubrir el problema, y rellenar el depósito (casi medio litro...), el motor se hubiera sobrecalentado, probablemente doblando la culata, y dejándonos tirados en mitad de Suecia.
La solución pasa por rellenarlo de vez en cuando (la pérdida es leve), pues intentar repararlo aquí es una locura, porque puede ser la junta de la tapa (tendría fácil solución), algún retén interno del mecanismo (muy jodido...), o algo más complejo.
Aparte de esto están los elementos que se van desgastando, alguno de los cuales tendré que sustituir por el camino, como las pastillas del freno trasero (urgente), neumáticos (les queda poca vida), y embrague (espero que aguante hasta el final, pero empieza a patinar un poco a veces).
En fin, sigo confiando en La Poderosa, pero como dice una canción de Fito: "...yo no se si mis zapatos durarán todo el camino..."

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