21 de agosto de 2010

un pequeño paréntesis


La última semana he viajado con mi amigo Isaac, que voló desde Madrid y nos encontramos en Milán, a Ginebra y Berna, atravesando los Alpes suizos. Lo considero un paréntesis en este viaje (Europa en moto), pues hicimos el trayecto en coche (un Fiat Panda que alquilamos en Milán), y durmiendo en hoteles y albergues. Ha sido por lo tanto un reccorrido muy diferente en esencia al que estoy realizando desde que salí, por lo que he preferido hacer una pequeña pausa en mi redacción.

Un descanso para mi cuerpo, una alegría por volver a disfrutar de la compañía de mi amigo, un reecuentro con dos ciudades maravillosas (ya las visité en un viaje en tren con Ian, hace diez años), y un montón de anécdotas muy divertidas (nos hemos partido de risa...).

Así que continúo de nuevo, en este momento desde Milán, la narración de esta historia que pronto (que lástima) llegará a su fin...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.
-----------------------------William Ernest Henley-------------------------

isabella.

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